viernes, 16 de noviembre de 2012

Donde habitan los sueños

Siempre se ha comentado que en los pueblos del Moncayo se duerme de una manera especial. Es en el  descanso nocturno cuando la imaginación del durmiente (bello o feo, da igual) se desparrama visitando lugares cercanos y lejanos y viviendo aventuras llenas de emociones. Por la mañana el despertar produce una sensación por un lado de tristeza por haber regresado de aquellos parajes tan hermosos y por otro lugar de tranquilidad por tener un punto de referencia tangible a la realidad.
Pero no todos los sueños deben ser experiencias agradables.
Se comenta que cuando la luna está en su plenitud es cuando los sueños no son todo lo agradable que se desearía. En esos momentos es cuando el viaje que realiza el durmiente camina entre las sombras nocturnas de los bosques asustándose de todos los sonidos y murmullos de la naturaleza, de las sombras de los árboles y de un ruido especial. Es un sonido similar al que hacen las campanillas y los cascabeles cuando rozan entre los tallos de las plantas.
Algunos dicen que es la manera de comunicarse los seres mágicos del lugar pero los que lo han escuchado han pasado un gran terror por esa música especial que les ha provocado en su despertar repetirla durante todo el día.
En esos instantes oníricos el protagonista sufre palpitaciones y sudor fuerte. Las pesadillas asoman y el viaje es un recorrido terrible. Pero en la zona del Moncayo existe un lugar donde moran las pesadillas. Muy cerca del Moncayo en Grisel está  el pozo de los Aines. Es una sima situada en medio de un olivar con un microclima y vegetación muy especial. Tiene una temperatura constante La gente del lugar comenta que con frecuencia escucha por las noches el sonido de campanillas y cascabeles deslizándose por los caminos del pueblo. Son los seres mágicos que están transportando en sus bolsas las pesadillas de los vecinos de la zona del Moncayo.
Así por la mañana  despertarán con la extraña sensación de haber vivido una experiencia agotadora que ya no recordarán.
¡Qué suerte tienen los niños de la comarca que tienen un lugar donde van a vivir sus pesadillas!
Si visitas el pozo de los Aines podrás escuchar el murmullo de las pesadillas de los vecinos mientras el agua cae gota a gota sobre el charco que han producido y tal vez esté alguna de las tuyas allí abajo junto a las de los demás.


3 comentarios:

  1. Una descripción exacta de lo que se percibe cuando paseas por la Montaña Mágica.... hay algo que te sigue, te acompaña, te rodea y se escapa cada vez que quieres tomar consciencia de que no estas sólo.

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  2. Este relato es muy especial.......me gusta que haya un lugar donde se ahogen las pesadillas.

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