martes, 27 de noviembre de 2012

RESPETA EL MONCAYO.


Es lunes. Este fin de semana han pasado un gran número de personas por el Moncayo. Algunas han ido unicamente a pasear. Otras han acudido con la misión de recoger setas. De éstas la mayoría sabe perefectamente como se han de recoger (meter en cestas, cortar con navaja, respetar las que no se conozcan, no remover el suelo) pero otras van a arrasar todo lo que  encuentren pues venderán su mercancía en lugares recónditos dejando un rastro tras su paso.
Mira que se ha dicho veces, que además está prohibido y si les pilla el Seprona o el guarda forestal les puede caer una multa de órdago.
Menos mal que para eso están los duendes del Moncayo. Después del fin de semana es el día que más trabajo tienen retirando las setas que han dejado rotas los malos recolectores, allanando el suelo rastrillado y retirando la basura.
Pero hay que decir que hay una crisis económica también en el Moncayo y que han hecho un ERE con lo cual hay menos duendes trabajando para mantener el lugar en orden. Es por ello que más que nunca debemos mantener el lugar en perfecto estado de revista.
El duende, como juguetón y bromista que es, a las personas que se portan mal con su montaña cuando retornan a su lugar de origen les va a gastar una borma cuando vuelvan camino de su casa.
Primeramente al pasar por Agramonte en lo que fue un centro antituberculoso escucharán los lamentos de las personas que estuvieron ingresadas allí. Si acuden al cementerio de Agramonte miles de pulgas les picarán todo su cuerpo y saldrán corriendo. Tomarán el coche y camino a Tarazona encontrarán una cuesta arriba que en realidad es cuesta abajo con lo que como irán con prisa por escapar de la montaña mágica se llevarán un susto al coger una curva. De esa manera no les quedarán ganas de volver a una montaña que es acogedora pero a la que hay que respetar como ella respeta a los demás.
Y los duendes se reunirán por la noche de nuevo a contar sus aventuras mientras cantan canciones populares y alguno se arranca con temas de José Luis  Perales, cantante muy admirado por los duendes del Moncayo..

lunes, 19 de noviembre de 2012

Algo más que un grupo de músicos.



Hoy es viernes. El duende del Moncayo se ha disfrazado con el mismo aspecto que las gentes de la comarca y ha emprendido viaje desde la seta particular donde habita hasta Tarazona. Su casa es una amanita phalloides. ojo no te la comas pues es venenosa y encima le dejarás sin hogar.
Descendió por la senda hasta San Martín pasando por Matalapuente, Desde allí pasó cerca de los Fayos, Santa Cruz hasta llegar a Tarazona.
Su aspecto pasó desapercibido a los habitantes de Tarazona aunque su pequeño tamaño llamaba algo la atención. No obstante como habita mucha gente en Tarazona también hay gente menuda y eso le permitía camufarse entre la población.
Se dirigió al local de ensayo de la banda de Tarazona pues le habían dicho sus amigos que allí encontraría un grupo de niños, jóvenes y personas de más edad que pasaban un rato agradable ensayando música. Vió incluso una persona que era bastante más joven que él pero se acercaba bastante a su edad.
Le contaron que como existe un conservatorio en Tarazona hay mucha afición a la música y ese es uno de los motivos de que la banda tenga tanta calidad musical. Por lo visto deben realizar un gran trabajo los profesores del conservatorio. Comentan en Tarazona que son muy profesionales y que están muy preparados.
Le gustó mucho como dirigía el ensayo Diego, su director. A veces se enfadaba algo sobre todo cuando empezaban a hablar los músicos pero al final del ensayo se despidieron amistosamente e incluso algunos se fueron a tomar algo por Tarazona. Se dio cuenta de que son una panda de amigos con ganas de pasarlo bien y de hablar entre ellos pues tienen muchas cosas que contarse.
Oyó a un grupo de turiasonenses que se encontraban tomando el aire en la calle que la banda realiza muchos conciertos por Tarazona, por su comarca y que incluso este año amenizaron las fiestas de Huesca con gran éxito de público.
Ha sido un año con muchos conciertos y actividades.
Escuchó un variado repertorio en el ensayo en el local de la avenida de la estación. Apreció la ilusión y alegría de los músicos bajo la batuta de Diego cuya dirección les ha debido dar un gran empuje. En el local había carteles de actuaciones como uno de un concierto de bandas sonoras originales y otro  música de zarzuela.
Vió un cartel de un concierto que van a dar el próximo día 24 a las 19:30 en un teatro muy bonito de Tarazona. Acudirán seguramente más duendes para escuchar su música ese día y disfrutar de un hermoso concierto. Se titulaba "los géneros musicales" y apuntó en su agenda el programa del mismo:



- La música clásica.
- El pasodoble.
- La música descriptiva.
- La zarzuela.
- Los temas de grupos y cantantes.
- Las músicas del mundo.
- Las bandas sonoras de películas

No piensa perderse el concierto y seguramente acudirá con algún duende amigo.  




viernes, 16 de noviembre de 2012

Donde habitan los sueños

Siempre se ha comentado que en los pueblos del Moncayo se duerme de una manera especial. Es en el  descanso nocturno cuando la imaginación del durmiente (bello o feo, da igual) se desparrama visitando lugares cercanos y lejanos y viviendo aventuras llenas de emociones. Por la mañana el despertar produce una sensación por un lado de tristeza por haber regresado de aquellos parajes tan hermosos y por otro lugar de tranquilidad por tener un punto de referencia tangible a la realidad.
Pero no todos los sueños deben ser experiencias agradables.
Se comenta que cuando la luna está en su plenitud es cuando los sueños no son todo lo agradable que se desearía. En esos momentos es cuando el viaje que realiza el durmiente camina entre las sombras nocturnas de los bosques asustándose de todos los sonidos y murmullos de la naturaleza, de las sombras de los árboles y de un ruido especial. Es un sonido similar al que hacen las campanillas y los cascabeles cuando rozan entre los tallos de las plantas.
Algunos dicen que es la manera de comunicarse los seres mágicos del lugar pero los que lo han escuchado han pasado un gran terror por esa música especial que les ha provocado en su despertar repetirla durante todo el día.
En esos instantes oníricos el protagonista sufre palpitaciones y sudor fuerte. Las pesadillas asoman y el viaje es un recorrido terrible. Pero en la zona del Moncayo existe un lugar donde moran las pesadillas. Muy cerca del Moncayo en Grisel está  el pozo de los Aines. Es una sima situada en medio de un olivar con un microclima y vegetación muy especial. Tiene una temperatura constante La gente del lugar comenta que con frecuencia escucha por las noches el sonido de campanillas y cascabeles deslizándose por los caminos del pueblo. Son los seres mágicos que están transportando en sus bolsas las pesadillas de los vecinos de la zona del Moncayo.
Así por la mañana  despertarán con la extraña sensación de haber vivido una experiencia agotadora que ya no recordarán.
¡Qué suerte tienen los niños de la comarca que tienen un lugar donde van a vivir sus pesadillas!
Si visitas el pozo de los Aines podrás escuchar el murmullo de las pesadillas de los vecinos mientras el agua cae gota a gota sobre el charco que han producido y tal vez esté alguna de las tuyas allí abajo junto a las de los demás.


lunes, 5 de noviembre de 2012

El duende del Moncayo


Habita entre la vegetación del Moncayo un duende pequeño, huraño pero que en el fondo es bonachón. Al ocultarse el sol sale en busca de sus semejantes con el fin de compartir sus diversiones entre las matas de chordón y cerca de las setas cuando es época de lluvia. Ellos se cuentan las aventuras del día y se gastan bromas mientras cenan alrededor de una piedra.
El duende del Moncayo anhela ser como los humanos, esos que durante los fines de semana ve pasear  por los caminos en busca de la naturaleza invadiendo su entorno, su hogar.
Recuerda, pues vive muchos muchos años, que hace tiempo cuando se cruzaban dos caminantes se saludaban entre ellos e incluso los vio compartir agua cuando subían a la cumbre si alguno de ellos no llevaba. Ahora ya no es así. Uno puede ascender a la cumbre, cruzarse con otra persona y ni siquiera intercambiar un "buenos días" entre ellos. No lo entiende. Será que la gente está cada vez más preocupada por los problemas que le rodea.
Este duende desea  ser como los humanos a los que en algunas ocasiones después de tanto haberlos observado  quiere imitar. Para ello busca las mejores personas que caminan por los alrededores para llevárselas consigo y pese a que sus cercanos lloren su ausencia ello no es inconveniente para que persista en su empeño.
Su compañía será para el duendecillo su deseo. Así estará con esa persona toda la eternidad y le enseñará los secretos del bosque y de las aguas que circulan entre los hayedos, las huellas de los animales y el sonidos del viento. Será un nuevo duende del Moncayo.
No le sirve cualquier persona. Ante todo deber ser una persona con una gran sonrisa dibujada en su cara.
El sonido de su risa debe ser fuerte pues de  esa manera el duende podrá escuchar a su objetivo y estudiarlo.
Debe gustarle el Moncayo y disfrutar paseando por él y ante todo debe ser una buena persona. Tiene que gozar  con su familia y sus amigos  los pequeños momentos de cada día. De esa manera tiene asegurada una eternidad plena de felicidad para los dos pues la persona elegida será otra guardiana del bosque que estará vigilando la zona asignada y por la noche reirá junto a otros duendes de lo sucedido durante el día. Asimismo cuidarán de las personas que han abandonado. Todas las noches en la reunión que tienen los duendes hablan de sus familiares y amigos, de lo que les ha ocurrido durante la jornada y de lo que pueden hacer para apoyarles en su día algo más triste que antes de su partida. De esa manera en los sueños de la noche estarán más cerca de la persona que les ha dejado.
Si paseando por el Moncayo ves a alguno de esos seres, no te preocupes. Será que tu risa y tus pasos por la vida son tan profundos que se ha fijado en tí.
(Dedicado a todos los  que he conocido antes de ser duendes del Moncayo)